- "LOS EFECTOS SOBRE LA SOCIEDAD CIVIL EN LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA; BAJO LOS EJEMPLOS DE LA RD DEL CONGO Y NIGERIA"
Los temas que hemos tratado en nuestra exposición han sido:
-África, visión periférica desde su pasado hacia su futuro.
-Neoliberalismo y globalización.
-África en el mundo global.
-RDC y coltán.
-Nigeria y la explotación del Níger.
Como los nervios, puede que me hayan traicionado, y no haya dicho todo lo que yo quería en la exposición; voy a subirlo aquí. Más que nada, porque es una cruda realidad y un tema muy interasante.
¿QUÉ ES EL COLTÁN?
Aunque hace varias décadas fue eliminada la colonización en África (con excepción del Sahara) los países desarrollados, por medio de sus compañías transnacionales han buscado fórmulas para continuar saqueando las riquezas África. Se ha pasado de saquear el petróleo a saquear el coltán.
En las montañas orientales del Congo hay coltán y niobio, además de oro, diamantes, cobre y estaño. El coltán, está en suelos de una antigüedad de tres mil millones de años. La codicia por el control del coltán, ha provocado desde agosto de 1998 la muerte de más de 5 millones de personas en la República Democrática del Congo. Los grandes perdedores son sus habitantes y los ganadores las ricas compañías transnacionales.
El coltán es una roca que contiene dos valiosos minerales estratégicos, la columbita y la tantalita, imprescindibles para la industria moderna. La columbita, óxido de niobio con hierro y manganeso (Fe, Mn), Nb2O6 y la tantalita, óxido de tántalo con hierro y manganeso (Fe, Mn), Ta2O6.
Estos minerales son escasos en la naturaleza y un ejemplo de cómo el avance tecnológico contribuye a que materiales considerados simples curiosidades mineralógicas sean cruciales debido a sus nuevas aplicaciones.
El coltán se usa con el niobio para fabricar los condensadores que sirven para manejar el flujo eléctrico de los teléfonos móviles. Cobalto y uranio son elementos esenciales para las industrias nuclear, química, aeroespacial y de armas de guerra. Alrededor del 80% de las reservas mundiales de coltán están en el Congo.
EXTRACCIÓN DEL COLTÁN
Aunque el coltán se emplea en la industria electrónica, su obtención, se hace a partir de métodos muy primitivos. Se encuentra en los lechos de los ríos, en medio de reservas selváticas protegidas.
Los mineros que lo extraen cavan profundas zanjas en las orillas. Luego, sacan con palas el acuoso lodo que se forma y lo echan en tinas que se llenan de agua. El coltán al ser más pesado, queda en el fondo de esas tinas, de donde es separado. En las minas aluvionales trabajan diariamente más de 20.000 mineros, bajo un sistema represivo organizado por las fuerzas militares y los poderes locales.
La fuerza de trabajo aquí utilizada está compuesta por ex campesinos y ganaderos, refugiados, prisioneros de guerra (sobretodo hutus) a los que se les promete una reducción de la condena, además de miles de niños de la región, cuyos cuerpos pequeños pueden fácilmente adentrarse en las minas a ras de tierra.
Un buen trabajador, puede obtener hasta un kilogramo de coltán por día. Y para las condiciones de trabajo que hay en el Congo; el salario que obtienen, es elevado. Porque en cualquier otro empleo no obtienen más de diez dólares por mes; con el coltán, dependiendo de su habilidad, pueden ganar entre 10 y 50 dólares semanales. De ahí, surge la fiebre de los congoleños de trabajan en las minas.
IMPORTANCIA DEL COLTÁN
El coltán es tan codiciado, porque es fundamental para el desarrollo de las nuevas tecnologías: telefonía móvil, fabricación de ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, trenes magnéticos y fibra óptica, entre otros.
Los principales productores mundiales son Australia, Brasil, Canadá y algunos países africanos (República Popular del Congo, Ruanda y Etiopía), aunque sus reservas base son prácticamente desconocidas para todos ellos. El valor del niobio consumido en 2006 fue de 118 millones de dólares americanos, y el de tántalo de 164 millones. España es deficitaria en niobio y tántalo, aunque es cierto que no existen estudios detallados de esta materia prima y los trabajos de exploración minera realizados hasta el momento son escasos y poco conocidos. Pero, sí es posible encontrar vendedores de coltán en nuestro país.
CONSECUENCIAS GRAVES RELACIONADAS CON LA EXPLOTACIÓN DEL COLTÁN
La mayoría de sus habitantes viven en condiciones de explotación en régimen de semiesclavitud.
Para defender las preciadas minas de oro, diamantes y coltán, los ejércitos adiestran a niños soldado para colocarlos en las primeras filas de los conflictos. Las niñas se prostituyen alrededor de las extracciones vendiendo su cuerpo debido a la escasez de lo mínimo para vivir mientras que las mafias y los intermediarios saquean los recursos del Congo.
Los desastres medioambientales tienen gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas, elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación. Elementos como el uranio, el torio y el radio, entre otros, pueden aparecer formando fases minerales exóticas, asociadas al coltán, o estar incluso presentes en la propia estructura cristalina de la columbita y tantalita.
Aunque ha salido a la luz el problema socioeconómico, medioambiental y político relacionado con la mala explotación y comercialización de esta materia prima, los estudios científicos sobre el coltán son aún insuficientes.
Para extraer el coltán se han invadido los parques nacionales del Congo, abriéndose camino entre los frondosos bosques de esa zona. Además la pobreza y la hambruna causadas por la guerra a ocasionado que algunos rebeldes y mineros tengan que cazar para comer elefantes y gorilas poniendo a estos en peligro. En el parque nacional Kahuzi Biega, por ejemplo, el censo de gorilas ha pasado a la mitad, de 258 a 130.
COMERCIALIZACIÓN DEL COLTÁN
Un kilogramo de este mineral alcanzó en 2006 el precio de 500 dólares y hoy facilita el enriquecimiento de sus comerciantes y no a su propietario, ni a los que lo explotan.
Su producción se reduce a pocos países, entre los que destaca la República Democrática del Congo, en guerra desde hace una década. Este mineral se extraía de Brasil, Australia y Tailandia pero ante la gran demanda comenzó a escasear. Al aparecer en la RDC, que posee el 80 % de las reservas mundiales, las empresas transnacionales y varios países desarrollados buscaron fórmulas para controlar ese mercado aunque para lograrlo existiera una guerra que se prolonga desde 1998 en esa zona y corrieran ríos de sangre.
IMPORTANCIA DEL COLTÁN EN EL MUNDO
El documento de Ecole de Guerre Economique, hizo saltar a la luz los intereses económicos y estratégicos de las mayores potencias mundiales para controlar el coltan.
“Europa y Estados Unidos son totalmente dependientes de las reservas extranjeras de coltán”, explica el estudio de la Ecole, que prosigue: “Si actualmente Australia o Brasil exportan en grandes cantidades, la apuesta geoestratégica de las potencias que razonan en términos de reservas, está en la RDC. En efecto, el coltan de la región del Kivu representa entre el 60% y el 80% de las reservas mundiales de tantalio. Lo que está en juego para estos Estados dotados de sistemas de defensa y de alta tecnología es que el coltán, además de su potencial económico efectivo, es estratégico, en cuanto que el tantalio es indispensable para la industria aeronáutica, aeroespacial y de defensa”. Hasta el Pentágono ha reconocido: “diversas aplicaciones del tantalio tiene que ver directa o indirectamente, con la defensa”.
En el año 2000, la escasez del tantalio, revalorizó las reservas congoleñas de minerales de las provincias del Este, especialmente en los Kivu, fronterizos con Ruanda y Uganda, fieles aliados de Estados Unidos en la zona.
COLTÁN: GUERRA ENCUBIERTA
La pasividad internacional ante la guerra del Congo esconde mucho más que un conflicto étnico: el control de los yacimientos mineros y la connivencia de la comunidad internacional.
A pesar de que la comunidad internacional define la guerra del Congo como ‘étnica’ el codiciado mineral es la principal causa del desencadenamiento del último conflicto armado en la región. Esta guerra tiene su origen en agosto de 1998 y terminó oficialmente en 2003, las Naciones Unidas en un informe al respecto publicado el 16 de octubre de 2002 sostenía lo siguiente: “Para los más de 20 millones de personas que viven en las cinco provincias de la región oriental de la República Democrática del Congo, el número de defunciones directamente atribuibles a la ocupación de Ruanda y Uganda puede estimarse entre 3 y 3,5 millones de personas”. En julio de 2004 el Internacional Rescue Comité elevaría esta cifra a 3,8 millones de muertes atribuibles a la guerra desde 1998.
En una entrevista del 29 de abril de 2005, el presidente de Manos Unidas en Barcelona, Eduard Moreu explicaba a Forum Libertas el desastre humanitario que constituían las guerras de la región de los Grandes Lagos –Congo y Uganda-: “Casos flagrantes como el de la República Democrática del Congo, con más de 3 millones de muertos en los últimos años, son guerras silenciadas, guerras ignoradas”.
“A Occidente no le interesa conocer que el oro, los diamantes o el coltan de sus móviles, llegan manchados de sangre. Hay una especie de complicidad general con respecto a todo esto”. En esta línea el dirigente de Manos Unidas citaba contra esta enorme impostura la famosa afirmación de Luther King: “lo malo de este mundo no es sólo el mal que están haciendo los perversos, lo malo es, sobre todo, la espantosa indiferencia o complicidad de los buenos”.
Por tanto, la guerra que se considera como ‘étnica’ no se reduce sólo a eso. Es un conflicto que se amplía a intereses comerciales, estratégicos y económicos y militares. El conflicto congoleño trasciende más allá del Congo y de la propia África para instaurarse en nuestras rutinas: cuando encendemos un ordenador, hacemos una llamada desde un móvil o viajamos en avión.
Detrás de la opresión del pueblo congoleño están las guerrillas y grupos armados que se disputan el control de los yacimientos así como Estados africanos que actúan con la connivencia de los países industrializados del primer mundo que explotan los recursos de forma indirecta a través de las multinacionales mineras.
Continuar hablando de una guerra ‘étnica’ o ‘tribal’ constituye una gran falacia que sigue permitiendo la explotación de la región y de sus habitantes.
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